sábado, 28 de abril de 2012

Si no te pasa, tú pasas


       
      

     “La película “Seven” se desarrolla en la ciudad de Estados Unidos, trata de un thriller oscuro e inteligente en el que el veterano teniente Somerset (Morgan Freeman), del departamento de homicidios, está a punto de jubilarse y ser reemplazado por el ambicioso e impulsivo detective David Mills (Brad Pitt). Ambos tendrán que colaborar en la resolución de una serie de asesinatos cometidos por un psicópata; "John Doe", el cual utiliza la guía de los siete pecados que Dante Alighieri hizo en su famosa obra “La Divina Comedia”.

Los cuerpos de las víctimas, sobre los que el asesino se ensaña de manera impúdica, se convertirán para los policías en un enigma que les obligará a viajar al horror y la barbarie más absoluta”.
Con el objetivo de comentar esta película, pasaremos a establecer la posible relación que existe entre la misma y las pretensiones del educador social dentro del municipio.

En primer lugar sucede que en las ciudades cada individuo es diferente en función de donde nace, crece, vive… puesto que el entorno es el mayor flujo de influencia social. Esta película se desarrolla en una de las ciudades más grandes por lo que entra en juego una importante variable que es la dimensión del propio municipio. Sucede, por tanto, que cuanto mayor es la ciudad las personas se sienten menos implicadas en lo que les sucede al resto de individuos que conviven dentro, por ello se trata de una convivencia poco cercana. Este tipo de prácticas podría cambiar a pesar de que formen parte de lo normalizado dentro de este territorio.
Por ello se puede afirmar que una de las necesidades sociales que giran en torno a una comunidad es que los propios individuos deben salir de ese egoísmo para que sean capaces de establecer demandas comunes en base a la ciudad a la que pertenecen. El problema aparece cuando el foco de interés se centra en uno mismo y por tanto desconocen lo que pueda estar aconteciendo al resto y no pueden establecer unas demandas objetivas lo que ocasiona por otra parte una falta de involucración y participación. Esto lo podemos ver reflejado en la frase del teniente Somerset hace alusión en la película; "Qué títeres tan ridículos somos y que vulgar es el escenario en el que bailamos”. En ella existe gente que ni siquiera es consciente de los crimines que están sucediendo en su ciudad por lo que también desconocerán la ayuda de la que pueden disponer de la policía si se viesen en la situación de necesitarla. No solo se trata de si la policía te puede ayudar, sino también de lo que le puedes exigir como ciudadano y lo que no.
La participación, por tanto, no supone una serie de intereses propios ya que deben situarse primordialmente los comunes. Desde educación social el objetivo es crear con los ciudadanos un vinculo donde existan limites de participación para que las personas quieran involucrarse y tomar parte de lo que pasa en su comunidad, en el caso de este thriller, es una crítica hacia una sociedad individualista. La movilidad de los ciudadanos, en una ciudad tan grande con solo una comisaría encargada del caso no cuenta con la colaboración por parte de otras, a pesar de que contando con la colaboración de otras resultaría más fácil la coordinación para capturar al psicópata.
Morgan Freeman en este papel tilda aquellos ciudadanos a los que les debería preocupar la existencia de un asesino pero no por el morbo que pueden tener los crímenes que comete o por el temor de que pueda pasarle a ellos, sino porque les está pasando a otras personas con las que se cruzan en la calle, que pasean por los mismos sitios o compran en los mismas tiendas. Incluso llega afirmar a su compañero que “la gente no cambia, vive inmersos en su mundo egoísta”.
Pero para que esta critica cobre sentido también es presiso aportar a las personas información de lo que acontece en su ciudad, a pesar de que sea demasiado grande y la interacción costosa con la información su realidad les llegue de una forma distorsionada de. Sin embargo esa gente tiene algo que decir, algo que asumir, ciertas responsabilidades con ellas misma y con el resto. Otra de las cuestiones planteadas en esta película, en la línea de lo que estamos afirmando es; ¿tan especial te crees para que te escuche la gente? Este planteamiento surge cuando el joven detective, David Mill, pretende realizar su trabajo con una actitud innovadora e impetuosa, mientras que el teniente decide seguir en la línea de trabajo que le ha ido otorgando numerosos beneficios durante su carrera profesional. La educación social se siente más íntimamente ligada al personaje que representa Brad Pitt, ya que también pretende romper con ciertos tópicos.
“La apatía es la solución, es decir, resulta más fácil abandonarse a las drogas que enfrentarse a la vida, robar lo que uno quiere que ganárselo, pegar a un niño que enseñarlo. Por otra parte el amor requiere esfuerzo, trabajo”.
Somerset, lleva a cabo su trabajo tratando de ponerse en la mente del asesino, superando las cegueras de conocimiento que le a aportado la propia experiencia, sin embargo para David Mill resulta más complicado trabajar en este tipo de casos sin involucrar lo personal y, aunque resulte ser un excelente profesional, existen ciertas condicionantes que le dificultan conseguir aquello que su compañero ya domina. Al trabajar con personas se debe tener en cuenta la complejidad humana, saber que no existen soluciones fáciles. Somerset (Morgan Freeman) debe ceder por guiarse hacía el interés común de capturar al crimina, mientras que David Mill (Brad Pitt) tiene que sumarse al proyecto y aprender a guiarse. Ambos conocen que si quieren ganar el caso tienen que perder algo.
El planteamiento acerca del ímpetu y la práctica, juega con estas dos variables que en muchos casos marcan la personalidad de las personas. A diferencia de otras películas lo que llama más la atención de “Seven” es su claro mensaje negativo en el que queda reflejado que la alegría y el entusiasmo al realizar ciertas cosas a veces tiene que pasar a un segundo plano donde cobre mayor relevancia la práctica y el realismo. Sin embargo también se debe creer en la importancia de romper con ciertas reglas, al menos si hablamos de educación social, por lo que quisiéramos cerrar esta entrada con la siguiente cuestión; ¿es siempre más positivo apoyarse en las cosas que anteriormente han dado buen resultado o por el contrario, pretender cambiar el mundo a pesar de no tener una garantía de ello?


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