El ARTE ha muerto

Seguramente al menos una vez en tu vida habrás caído en el gran interrogante humano: ¿qué hago en un mundo donde ni tan siquiera mi existencia puede ser revelada? Pero, no hallaras respuestas a preguntas equivocadas...buscar la respuesta en parte tiene que ver con uno mismo, o acaso ¿no tienes nada que ofrecer en este mundo? 

El arte es un don humano, que puede crear cosas grandes. La clave para hacerlo es comunicar aquello que uno desea a través de algo que sea capaz de dejar huella, no solo material, también deberemos ser conscientes de la esencia...Sin embargo, no podemos dejar de pensarnos como pequeñas gotas de agua que se evaporan como producciones del cielo quedando en nada...así es como valoramos nuestras creaciones. 

Por este mismo motivo, no soy quien para juzgar que puede hacerse o no en nombre del arte, pero si puedo plantear que hacer arte es dar vida, no quitarla. Ante dicha afirmación cabe replantearse espectáculos tachados de no crear arte sino mejor dicho de anularlo, me refiero tanto a juegos deportivos como el fútbol y a espectáculos taurinos. 

Como bien refleja el titulo de esta entrada el arte muere de manera literal cada semana cuando el acero traspasa el corazón del toro. Más que cultura podríamos hablar de analfabetismo cultural si tenemos en cuenta que el mundo del toreo ha servido de inspiración a numerosos artistas, pero también lo fueron genocidios, catástrofes...que para nada se convirtieron en un icono de la cultura y el arte. Las tradiciones dejan de hablar por si solas cuando por medio se ponen vidas...

Las corridas taurinas reflejan un dato bastante significante, somos capaces de observar tales asesinatos sin dejar que la sangre que se derrama toque nuestras manos. Sin embargo, como cultura popular que dice ser, ¿no deberíamos participara en dichos espectáculos para que pudieran ser aceptados como arte? Aquel que contempla un cuadro de Picasso no se convierte en artista, pero admira tanto sus creaciones que incluso podría tomar forma en el mundo del arte...si esto mismo ocurriera en el mundo del toreo cuantos asesinos de animales andarían sueltos por el mundo...Por tanto, la participación activa es inexistente, solo hablamos de un tráfico de interés cultural que trae consigo dinero para un Estado despreocupado tanto de la sangre que pueda cubrir su bandera como de la inexistencia de conocimiento del territorio español para miles de turistas... 

Por otro lado, el fútbol, es cada vez más alabado como cultura en nuestro país, pero a mi parecer son palabras que a este deporte le quedan demasiado grandes. Obviamente como cultura popular nada tiene que hacer, puesto que la participación es completamente nula en dos sentidos, por un lado no todos pueden costearse ya asistir a partidos de fútbol, al menos de las grandes divisiones y por otro, la inexistencia de participación a cierto grupos dentro del propio mundo del deporte como son los equipos de fútbol femenino. Por tanto, podríamos hablar de una cultura de masas que ha conseguido masificar a escala mundial sentimientos de alegría, ira, dolor...en definitiva, una manera particular de identificación social. Sin embargo, el mundo del fútbol esconde grandes cosas. 

La concentración de personas en este tipo de espectáculos no se realiza de manera equitativa, no nos basta solo con haber dividido ya nuestra ideología en política sino que dicho bipartidismo parece tomar forma ahora en el fútbol cuando olvidamos a otros muchos deportistas de segunda división. Se trata de una minoría poco reconocida y valorados puesto que siguen sin tener el apoyo de radio, prensa, televisión...que día a día invaden nuestros modos de vida sin buscar ya la ilusión, la diversión, el ocio puesto que los partidos se convierten en un autentico combate donde los hinchas son verdaderos rivales. 

El arte da cabida a empaparnos de diferentes formas de entender el mundo, pero el fútbol sobrestima y subestima a miembros del mundo del fútbol y ello hace que año tras año la educación, la lectura, música pierda sus propios seguidores. No es de extrañar que si pasamos un test de conocimientos a alumnos de institutos donde pongamos una foto de Cristiano Ronaldo o Messi y otra de Eduard Punset o Quevedo, el 99% de los casos no sabrían decir quién es el escritor o científico y si uno de los dos futbolistas. Por tanto, esta forma de crear arte no favorece a un conocimiento y transformación en todos los sentidos sino que impide tomar parte en el mundo a otros muchos.